(2012 – Francia) de Leos Corax
Con Denis Lavant (y Eva Mendes, Kylie Minogue)
Llegué a Holy Motors luego de leer varias reviews de su paso por los festivales de Cannes y Sitges, donde fue recibida con opiniones muy concretas pero bien extremas, la amaron y la odiaron (dicen que fue abucheada en Cannes). ¡Cómo no caer en la tentación! Cómo no ver este film aparentemente tan polémico, dirigido por Leos Corax, quién, a pesar de conocer un poco su filmografía (o más que nada, su fama de cineasta terrible enfant), no he visto ninguna de sus películas, buen momento para conocerlo. Para empezar, el retorno de Corax, luego de 12 años sin presentar un largometraje, es una buena y fresca noticia.
Volviendo a Holy Motors, el realizador nos presenta la historia (en parte) de Oscar, una especie de multifacético actor quien, a bordo de una limosina que lo transporta por las calles de Paris, va saltando de vida en vida. Pasa de ser una vieja gitana mendigando en la calle, a un padre de familia un tanto cr
uel, un monstruo de cementerio (sublime secuencia con Eva Mendes), un asesino a sueldo, etc. Actúa en la vida real, actúa sin cámaras, actúa para una especie de corporación dedicada a repartir “locos” por las calles. Oscar se defiende, lo hace por “la belleza de la actuación”. Oscar parece no tener más vida que las que le toca interpretar, es un film totalmente escénico. Al interpretar tan distintos roles obviamente caemos en la cuenta del talento del actor “real” (el genial Dennis Lavant). Todo esto, sumado a la cuidada fotografía y una propuesta de arte hace de Holy Motors, por varios momentos, un trabajo hipnotizador
Dentro del film  también hay  una especie de homenaje al cine (me encantan las películas que hablan del cine) haciendo casi un recorrido por su historia, desde los primeras películas mudas, hasta la alta fidelidad (hay una secuencia donde Oscar interpreta a un actor de captura de movimiento). Me atrevo a decir que cada secuencia tiene un género casi definido, hay un musical, una especie de western enmascarado, romance, melodrama, comedia.
Obviamente, Holy Motors no se encarrila para nada en lo que sería el cine clásico. Podríamos encontrar sus bases en el cine surrealista (de Buñuel a Lynch) de fantasía, el absurdo. Es un film para olvidarse de toda estructura clásica y dejarse llevar, Corax nos hace recorrer el camino que se le propone, casi como un juego de azar, en ningún momento sabemos lo que luego pasará.

Es una gran película, sin dudas una de las mejores del año (según algunos medios como Cahiers du Cinema es LA mejor del año) y es de esos films que hay que verlos, ya que, gusten o no, es toda una experiencia audiovisual.
En IMDB le puse un 7, pero eso no quiere decir nada.