La semana que pasó (mis semanas van de miércoles a miércoles, cada cual se arma la semana como quiere) fue muy agitada para el Cineclub Golondrina. El viernes se armó fiesta en el Beltrán y el Golondrina se hizo presente pasando música (DJ Naue Ugazio) y videos acordes o que pretendían serlo (VJ elqueleshabla), hicimos algo en conjunto con los dueños de casa, los Agito el Jueves y proyectamos diapos intervenidas del artista visual Pablo Lozano. El sábado en el Club Ciudadela Norte proyectamos Luna de Avellaneda y, no podemos negarlo, nos conmovió, lean la referencia encabezada: "Ya vimos:.." Y, ayer, le pusimos la frutillita a la torta, la estrella al arbolito de navidad, el pucho a la situación postsexo... como Uds quieran llamarlo. Anoche vimos Sin aliento de Jean-Luc Godard. Un peliculón, estimados!

Á bout de souffle (algo así como Al final de la escapada) o Sin aliento para el público argentino es una película de 1960 y es el primer largometraje de Jean-Luc Godard. El guión es en colaboración con Truffaut: este dato no es menor, supone una película fundacional para la Nouvelle Vague (literalmente: nueva ola). Truffaut, Godard, Chabrol, Resnais son algunos de los directores franceses que defendían el cine de autor (parafraseo: el director es al film como el escritor a una novela dijo alguien que ustedes se encargarán de googlear), utilizaban mucha cámara en mano, mucho super 8, cero ilumnación y mucho uso de exteriores. Todo esto matizado de un fuerte basamento teórico, la gran referencia es Basin y su Cahiers du Cinema dónde todos estos locos escribían crítica cinematográfica ¡Libertad de expresión! ¡Libertad de técnica! Los imagino gritando con una tonada francesa más por mi ignorancia del francés que por mi imaginación.
Es una peli cortita (87 minutos) muy hermosa visualmente, con muy icónicos protagonistas: Jean Paul Belmondo (que cumplió años hace poco y es un capo) y Jean Seberg (hermosa y terrible), y con ese condimento extra que supone el cine francés que son los comentarios pseudofilosóficosgraciosos. "Mi mayor ambición es ser inmortal y luego morir" dice, más o menos uno de los protagonistas secundarios.
Hablábamos con Naue de la tendencia que enfrenta al cine de autor francés con el cine norteamericano de la década del cincuenta y anteriores. Como es que se los pone casi en veredas opuestas y (¡He aquí la paradoja!) cómo este cine francés admira profundamente al norteamericano. Una foto de Bogart, admirada por Belmondo-Michel y el gran libro sobre Welles de André Bazín refuerzan la unión. Interesante movimiento la Nouvelle Vague, frecuentadores de cinematecas y opinólogos del séptimo arte. Un lindo conocimiento para profundizar.

Recomendaciones: todo lo que diga Godard, Truffaut, Resnais...

Lucho Gorrion

Buenas Noches! Nos vemos en el cinema!