Como siempre, luego de cada proyección de los Martes en el Palacio Beltrán (si no vinieron todavía, ¡lo que se están perdiendo!) les traemos a nuestro humilde blog, algo de lo que charlamos antes de darle play a Manhattan. Nuestro querido Lucho Gorrión tomo la voz comandante y dijo:

¿Qué decir de Manhattan y de Woody Allen que ya no se haya dicho antes? Con esta pregunta nos topamos a la hora de pensar una intro para la estimada concurrencia del cineclub que, asistió al Palacio Beltrán con sus gafas de marco grueso negro: algunos necesitaban estas gafas para ver bien la peli y otros, solo lo hicieron para homenajear a su director.
Datos técnicos hay muchos, he aquí los más generales: Película es de 1979, está filmada en un rotundo blanco y negro y es una historia que transcurre en Nueva York. Woody Allen la dirijió después del éxito de Annie Hall y, un poco, lo consagra como el gran director que es. Los personajes son el propio Woody Allen, su actriz fetiche del momento, Diane Keaton y Mariel Hemingway quién, para quienes gusten de los datos de color, es la nieta de Don Ernest.
Uno de los aspectos muy interesantes en esta peli y en varias del mismo director es la cuestión autobiográfica. Un poco podemos relacionarlo con esa escuela de comics que lo utilizan como género. Hablamos de Hate de Peter Bagge, American Splendor de Harvey Pekar, los trabajos de Robert Crumb y nuestro local J. C. Quarttordio. Allí, las experiencia personales funcionan para construir una historia y lo bien que lo hacen. En Woody Allen esto es parecido más allá del soporte técnico (distinto es el papel impreso a la imagen audiovisual) y, con el agregado de sentirnos representados por las inseguridades que sufre.
La actuación en primera persona es algo con lo que podemos relacionar a este aspecto autobiográfico. Hace poco escuché una entrevista a Alfredo Casero que explicaba este tipo de actuación. Supone ponerle un cuerpo a un personaje sin abandonar las propias características. Alfredo Casero, en definitiva, hace de "Alfredo Casero". Woody Allen (salvando las diferencias, of course) hace de "Woody Allen". Esto no atenta contra la verosimilitud del personaje ni del que lo personifica, tan solo es una forma diferente de actuación. Una actuación en primera persona.
Para meternos más en la peli podemos decir que se trata de una historia de amor en tres sentidos, cuyos dos, están íntimamente relacionados o se retroalimentan. Por un lado es la historia de amor a una ciudad. Por lo otro es una historia de amor a la música de una ciudad (he aquí la retroalimentación) ya que la música de George Gershwin (neoyorquino el muchacho, creador, entre otras de Summertime y Rapshody in blue) interpretada por la Filarmónica de Nueva York y dirigida por Zubin Mehta es la excusa perfecta para musicalizar el paisaje citadino y, de hecho fue un poco la excusa para filmar la peli. En último lugar: la trama es una gran historia de amor. El qué no la vio nos agradecerá el silencio.

Recomendaciones: Todo lo del gran Allen, inclusive sus libros que son muy graciosos. No los nombraré, la magia de Internet puede encargarse. La música de Gershwin está tan incrustada en la cultura del jazz que ya se sobreentiende su recomendación, quizás alguno piense (y eso es muy bueno) "¡Ah! ¿Eso es de Gershwin?". Y, por último, todo lo que sea comics, lo nombrado y lo no nombrado: Maus de Art Spiegelman, por ejemplo.
Otro dato de color: en una escena aparece un actor llamado David Rasche que nosotros conocemos mejor por el nombre de Martillo Hammer.

Lucho Gorrión


Buenos Días! Nos vemos en el cine!